El colegio de educación infantil y primaria Le Moustier, ubicado en Froissy (Francia) y con unos 230 alumnos de entre 3 y 10 años, no tenía ningún ordenador en las aulas. Para resolver ese problema y abrir la puerta a los alumnos hacia la era digital, la dirección y el personal administrativo convocaron un concurso para encontrar la solución más adecuada para ellos.

Una vez recibidas las propuestas, los productos más adecuados fueron las pantallas interactivas RP6502 y RP7502 de BenQ. Se instalaron paneles fáciles de usar y con medidas de protección de la salud, que se utilizaron para las clases y para las labores de administración.

Con estas pantallas interactivas, que ofrecen la solución adecuada para sus necesidades, el centro escolar está introduciendo a todos sus alumnos en la era digital. También ha mejorado la experiencia de aprendizaje de todos los alumnos gracias a la versatilidad de las pantallas.

La dirección y el personal administrativo del colegio de educación infantil y primaria Le Moustier, situado en Froissy (Francia), querían que sus alumnos estuvieran al día de los nuevos desarrollos tecnológicos. Hasta ese momento, no había equipos informáticos ni en las aulas, ni en el centro escolar.

Por eso, el personal consideró que era urgente equipar las aulas y a los profesores, para poder llevar a todos los niños a la era digital y cumplir con los requisitos de los programas educativos nacionales. En el colegio hay 230 alumnos en dos etapas: infantil (3 a 5 años) y primaria (6 a 10).

Para abordar esta importante cuestión —además de ayudar al desarrollo de los niños y aprovechar las ventajas que la tecnología aporta a la mejora de los alumnos—, el personal investigó la mejor solución para integrar en la vida de los alumnos una innovación fácil de usar, y prepararlos para el futuro. La elección del centro recayó en las pantallas interactivas BenQ.

Gracias a las características de BenQ, la solución perfecta resultaron ser diez pantallas RP6502 y una RP7502. Se colocaron diez pantallas en las aulas y una en la sala de reuniones de la administración del centro. No solo están equipadas con sensores de CO2 para controlar y mejorar la calidad del aire, sino que también tienen una pantalla antimicrobiana para evitar la transmisión de enfermedades.

Asimismo, se protege la salud de los alumnos con las soluciones Smart Eye-Care, que activan automáticamente distintas tecnologías: Flicker-Free para eliminar el parpadeo y Low Blue Light para una baja emisión de luz azul, además del sistema antirreflectante. Con el software InstaShare, se pueden transmitir contenidos a otros dispositivos para mejorar la colaboración entre los alumnos, los profesores y el personal del centro escolar.

Con los lápices duales, cualquiera puede anotar, escribir y dibujar en las pantallas, gracias también al reconocimiento inteligente del texto manuscrito.

Todo el proceso fue muy fluido, en parte gracias a las sugerencias y los consejos profesionales que el gestor de cuentas de BenQ proporcionó al centro escolar y la administración.

Las soluciones proporcionadas por BenQ se adaptaron perfectamente al centro escolar. La decisión recayó en los productos de BenQ no solo porque son interactivas, también por sus sensores de CO2 y su pantalla antimicrobiana.

Gracias a BenQ, todas las clases han ganado en calidad de enseñanza: las pantallas inteligentes se utilizan para proyectos y actividades de arte, así como para escuchar piezas musicales o ver vídeos educativos. Y gracias a los numerosos sitios web educativos interactivos, también mejora la experiencia de aprendizaje del alumnado. Durante la crisis de la pandemia, se envió una serie de clips de audio a los alumnos para probar nuevas formas de aprendizaje.