¿Los monitores para juegos de 165 Hz suponen una gran diferencia respecto a los de 144 Hz?

La respuesta breve a esta pregunta es no, no suponen una gran diferencia. Para darse cuenta de ello, basta reflexionar que 165 fotogramas por segundo son solo 21 más que 144. Se trata de un escaso aumento del 13 %. Es poco probable que la mayoría de la gente note esos fotogramas adicionales, pero el factor decisivo que debemos tener en cuenta si estamos comprando un nuevo monitor para juegos es que los 165 Hz son básicamente los nuevos 144 Hz. ¡Así que adelante con esa mejora!

En cambio, si ya tenemos un buen monitor para juegos de 144 Hz que satisface nuestras necesidades y aporta a nuestros juegos el hardware necesario para respirar a gusto, entonces no merece la pena actualizar nuestra pantalla a los 165 Hz. 

Durante los últimos meses, muchos paneles con visión de futuro vienen nativamente ajustados de fábrica a 165 Hz. Son muy similares a los paneles que anteriormente funcionaban a 144 Hz, pero fabricantes como BenQ han descubierto que es posible aumentar la frecuencia de refresco sin que se produzcan problemas de sincronización, frecuencia o fiabilidad. Así, los monitores de 165 Hz se han convertido en una realidad que, generalmente, no supone mayor desembolso que los de 144 Hz. 

Encajando a la perfección en el espíritu del "¿por qué no?", los monitores para juegos de 165 Hz ofrecen un margen adicional para mayores velocidades de fotogramas. En vista de que los fotogramas por segundo nunca sobran, 21 cuadros más respecto a los 144 Hz solo pueden ser algo bueno. ¿Y quién sabe?: a lo mejor según nuestros hábitos de juego puede que sí notemos alguna diferencia. Quizás el lector de este artículo sea un jugador competitivo muy hábil, en cuyo caso una frecuencia de refresco un 13 % más elevada podría contribuir a la capacidad de respuesta general y la precisión. Desde luego, mal no va a hacer. 

Esta se da por hecha, ya que los 165 Hz pueden mostrar perfectamente 144 Hz, aunque no haya necesidad de hacerlo. La diferencia entre las dos frecuencias de refresco es pequeña, por lo que una GPU que gestione 144 Hz funcionará a 165 Hz con escasas dificultades. Esto se aplica en particular a 1080p. Por regla general, aunque no pasa nada por poner 144 Hz en un monitor de 165 Hz, lo mejor es configurar todo lo más próximo posible a las especificaciones nativas del monitor. Cabe decir que 165 Hz no tiene buenos multiplicadores, como los paneles nativos de 60 Hz y 120 Hz, por lo que es esencialmente una configuración de refresco “personalizada”. Eso permite una mayor flexibilidad y una gran compatibilidad con 144 Hz y otras frecuencias de refresco. 

A modo de resumen, si estamos comprando un nuevo monitor para juegos, ¿por qué no adquirir uno de 165 Hz? Es más rápido que los de 144 Hz y se trata de un desarrollo más reciente, lo que significa que probablemente el monitor de 165 Hz posea características tecnológicas más refinadas en general. A quienes ya tengan un monitor de 144 Hz con el que estén contentos en este momento, les diríamos que no hay prisa por actualizar, ya que esos 21 fotogramas adicionales no suponen un gran problema.