En su día, la realidad obligaba a los usuarios de PC, especialmente a los jugadores, a comprar dispositivos de audio externos, a menudo costosos. Con frecuencia, los monitores carecían de altavoces y, cuando los tenían, la calidad del sonido dejaba mucho que desear. En otras palabras, no sonaban nada bien. El sonido era plano y débil, por lo que se necesitaban altavoces externos. No obstante, igual que las placas base evolucionaron hasta el punto de que la mayoría de jugadores dejaron de comprar tarjetas de sonido dedicadas, los monitores también mejoraron en el audio. Muchas pantallas actuales destinadas a los juegos y al entretenimiento incluyen impresionantes diseños de altavoces duales con un subwoofer independiente; lo que se conoce como audio 2.1. Ofrecen un gran estéreo con graves profundos, por lo que no hace falta recurrir a unos altavoces externos, a menos que realmente quieras hacerlo.