Los proyectores para juegos y el retraso de entrada: qué hace falta saber antes de comprar

Como cualquier jugador experto sabe, el tiempo de reacción (la capacidad de detectar instantáneamente a tu oponente o cambios en tu entorno y reaccionar en consecuencia) es una cuestión de vida o muerte. Cuando se trata de hardware, esta es la idea subyacente que impulsa las decisiones de compra de gran parte de la comunidad de jugadores. Los productos que ofrecen un tiempo de reacción más rápido son los que se llevan el gato al agua, mientras que los que son lentos o causan retrasos se quedan por el camino. Esta regla también se aplica a las pantallas y proyectores que se conectan a las consolas, a fin de asegurarse una ventaja competitiva en el momento oportuno.

En vista del uso creciente de proyectores para juegos de alto rendimiento, ¿qué debe buscar un jugador en un proyector en lo referente al rendimiento cuando se plantea una configuración para jugar sin TV? A continuación se realiza una rápida introducción a algunas de las cuestiones y conceptos que deben tenerse en cuenta al buscar proyectores para juegos:

La latencia o tiempo de retraso de entrada se refiere al tiempo transcurrido entre que el proyector recibe la señal de audio/vídeo de la fuente de entrada (la consola de videojuegos) y el momento en que se proyecta realmente el vídeo que corresponde a esa señal. La baja latencia o el tiempo de retraso de entrada bajo es uno de los factores clave en los que debemos fijarnos al determinar si un proyector mejorará o empeorará nuestras habilidades de juego, ya que deseamos que muestre instantáneamente el vídeo que la consola le está transmitiendo, para asegurarnos de poder tomar decisiones en una fracción de segundo.

La frecuencia de refresco o frecuencia de actualización es la velocidad a la que un proyector plasma las imágenes o fotogramas en una transmisión de vídeo. La velocidad o frecuencia de refresco se mide en hercios (Hz), lo que indica cuántos ciclos o fotogramas se muestran por segundo. Esto significa que un proyector con una frecuencia de refresco de 120 Hz proyecta 120 fotogramas por segundo. Dicho de otro modo, la frecuencia de refresco de un proyector es esencialmente la misma que la velocidad de fotogramas de una cámara de vídeo, y hablar de herzios (Hz) es en este sentido como hablar de fotogramas por segundo (FPS). Al buscar un proyector, una frecuencia de refresco más alta significa vídeos más nítidos, con un movimiento más limpio y menos borroso, ya que un proyector con una frecuencia de refresco más alta produce más imágenes (fotogramas) por segundo.

Otro aspecto clave para la evaluación del rendimiento de un proyector es calcular el tiempo que este dedica a cada fotograma. Para ello, basta invertir la frecuencia de refresco del proyector (es decir, dividir 1 por dicha frecuencia) y luego pasar ese número a milisegundos. Por lo tanto, para un proyector con una frecuencia de refresco de 120 Hz, cada fotograma representa 8,3 milisegundos. Este tipo de conversión ayuda a conectar los dos conceptos descritos anteriormente, ya que brinda una forma de expresar la latencia o el retraso de entrada de un proyector (en base a su frecuencia de refresco) en unidades de tiempo. Como resultado de ello, la mayoría de las marcas de proyectores para juegos utilizan los milisegundos en sus tablas de especificaciones para expresar su retraso de entrada o valores de latencia, lo que confirma que el tiempo es uno de los factores más importantes en los juegos.