En este artículo se explica la diferencia entre HDR y la tecnología patentada HDRi de BenQ. Casi a cada momento surgen nuevas características tecnológicas, bautizadas con alguna combinación de letras y números, que prometen mejorar nuestras vidas. Ante esto, la mayoría de la gente se plantea tres preguntas: ¿Es realmente importante? ¿Por qué? ¿Y lo necesito? A continuación responderemos a estas y otras preguntas en lo que respecta a la tecnología BenQ HDRi para monitores.

A todos nos gustan las películas y los juegos que enganchan y nadie desea pasarse su tiempo libre tratando de adivinar lo que está viendo por culpa de la mala calidad de la imagen. Ahí es donde entra en juego el HDRi. Frente a la falta de flexibilidad del HDR, que permanece inmutable allá donde se visualice o cualesquiera que sean los contenidos que se estén disfrutando, el HDRi, gracias a un sensor instalado en el monitor y a algoritmos de procesamiento personalizados, optimiza el efecto HDR en función de las condiciones de iluminación actuales. Esto mejora la visualización, y lo hace aún más con la ayuda de los modos HDRi dedicados para juegos y contenidos cinematográficos. Asimismo, se dispone de un modo HDR neutral que, básicamente, desactiva el HDRi. Además, es importante destacar que el HDRi conlleva la inteligencia necesaria para aportar alto rango dinámico a contenidos que no son HDR, sin exagerar el brillo ni las zonas oscuras. Todo se ve bien. El HDRi eleva de normal a extraordinaria la calidad del tiempo que pasamos ante la pantalla.

El HDR (alto rango dinámico) es una familia de estándares bien establecida que permite a los monitores mostrar imágenes más brillantes y vivaces con un mayor impacto del color. Como resultado de esto, se consiguen contenidos con un aspecto más realista. Se refinan los detalles y las imágenes parecen más precisas que con el rango dinámico estándar (SDR). Las sombras se muestran con detalles definidos, en lugar de parecer turbias manchas negruzcas que se comen el contenido de la imagen.

Al encender las luces, abrir una ventana o, simplemente, con el paso del día a la noche, el HDRi ajusta el contenido HDR para mantener la nitidez y fidelidad óptimas. Esta característica patentada consigue su ventaja gracias a un sensor apenas perceptible situado en la parte inferior de la pantalla. Ese caballo de batalla, casi invisible, se centra en el entorno mientras el espectador se centra en la pantalla. Aquí es donde entra en juego el apelativo “inteligente”.  El sensor detecta cambios en la iluminación del entorno y, según el contenido que aparece en la pantalla, se ajusta el brillo, el contraste y la temperatura de color de la imagen. Así se mejora la nitidez y el color de las imágenes, con lo que no hay que forzar la vista para apreciarlas

¿Todo claro? Eso es realmente importante. 

Esto nos conduce a otro aspecto clave del HDRi. Pensemos en nuestros ojos mientras miramos un monitor mal optimizado. Se esfuerzan por adaptarse a los cambios en la iluminación a medida que los detalles se van desvaneciendo y la calidad general de la imagen parece desvaída y poco natural. Esto puede conducir a diversos problemas oculares y disminuir la productividad, por no mencionar que nos hace sentir bastante mal.

El llamado Síndrome Visual Informático (SVI) engloba una serie de dolencias derivadas del uso de los ordenadores. Estas molestias incluyen dolores de cabeza, visión borrosa, fatiga y sequedad ocular, dolor de cuello, etc. No es de extrañar que estos problemas desemboquen en sesiones desagradables y abreviadas ante el monitor que conllevan fatiga y frustración. Lo importante no es si el problema se da trabajando, viendo una película o jugando.  Lo importante es eliminar el problema, aunque esos inconvenientes ocasionados por la pantalla vengan causados, en parte, por el entorno.

Seguro que todos los usuarios han podido percibir en algún momento que los cambios en la iluminación ambiental afectan a la apariencia de la pantalla. Puede que se despejen las nubes y, de repente, la habitación esté mucho más brillante. Tal vez lleváramos algún tiempo jugando o viendo series y no nos diéramos cuenta de que se había puesto el sol. En cualquier caso, la pantalla del monitor no se adapta al entorno. Puede que lo apreciemos con los ojos, aunque... Es más probable que nuestros ojos lo hayan notado sin que nos hayamos dado cuenta. Lo bueno sería poder arreglarlo.