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Cualquier diseñador sabe mejor que nadie lo que significan dos equipos de escritorio o portátiles, especialmente cuando se tiene un portátil para trabajar en la oficina y un equipo de escritorio para trabajar en casa, y ahora necesita usar ambos desde casa. Por una parte, significan comodidad y eficiencia para realizar múltiples tareas, mientras que, por otro lado, implican molestias: dos teclados y dos ratones, el lío de cables y un espacio de trabajo desordenado. Tener dos juegos de teclado y ratón no solo ocupa una gran parte de la mesa de trabajo, sino que a veces también hay que andar pensando qué teclado y ratón tenemos que utilizar para el sistema que deseamos en cada momento. Además, si necesitamos cambiar con frecuencia entre dispositivos, cabe esperar que desenchufar y volver a enchufar los cables se convierta en parte de nuestra rutina de trabajo. ¿Hay alguna manera de tener lo mejor de ambos mundos, es decir, gozar de la eficiencia en el trabajo y ahorrarse estas molestias?
La respuesta es un conmutador KVM.
KVM, abreviatura en inglés de teclado, vídeo y monitor/ratón (Keyboard, Video, Monitor/Mouse), es un pequeño módulo de hardware que permite a los usuarios ver y controlar dos o más PC usando un solo monitor, teclado y ratón. Con KVM, mejora la eficiencia del trabajo y se evita el desorden añadido. Es posible encontrar dos tipos de conmutadores KVM en el mercado: externos e integrados. Como las características y el coste de los conmutadores KVM externos varían, es recomendable utilizar un conmutador KVM integrado en el monitor para ahorrarse una pequeña fortuna y gozar de un espacio de trabajo mejor organizado. Además, con un conmutador KVM integrado, nos beneficiamos de varios puertos de E/S y de una práctica estación de trabajo en forma de monitor dedicado, que probablemente tenga puertos USB que podemos aprovechar.
Para aprovechar al máximo el conmutador KVM, veamos cómo usarlo.
Dos sistemas fuente (equipos de escritorio o portátiles)
Un juego de teclado y ratón
Cable de vídeo y cable USB para el equipo, necesario para HDMI y DisplayPort, pero no para video USB-C o Thunderbolt 3
1. Encender los equipos y el monitor.
2. Conectar el monitor a los dos sistemas fuente mediante USB-C/Thunderbolt 3 o el cable USB para los equipos y un cable HDMI/DisplayPort.
* Conectar los puertos por orden siguiendo lo especificado en la etiqueta de instrucciones. Los cables y puertos entrarán automáticamente en modo de emparejamiento.
3. Abrir el menú OSD para seleccionar el conmutador KVM.
4. Seleccionar el sistema principal.
Todo listo.
Es bastante sencillo cambiar entre dos sistemas, ¿verdad? Cuando lleguemos a casa con nuestro Mac, podremos conectarlo a la estación de trabajo y empezar a trabajar de inmediato. O cuando necesitemos cambiar el trabajo al sistema secundario, bastará con usar el conmutador KVM en el menú OSD o la tecla de acceso rápido en el HotKey Puck G2. Eso es todo. No es preciso asignar un puerto al dispositivo, ya que el sistema entrará automáticamente en modo de emparejamiento. Un clic bastará para cambiar la fuente de entrada. Solo hay que recurrir al conmutador KVM en el menú OSD o pulsar una tecla personalizada del HotKey Puck G2.
Solo nos queda recomendar al lector que se conecte al conmutador KVM y lo aproveche al máximo para aumentar la productividad de su trabajo sin el lío de cables de más.
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