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Recientemente, hemos dedicado mucho tiempo a jugar tanto en la Xbox Series X como en la Xbox Series S, centrándonos sobre todo en The Ascent. A mediados del verano de 2021, The Ascent no es solo uno de los juegos más populares de la temporada, sino también un excelente escaparate de los “juegos de próxima generación” y, por lo tanto, una buena manera de medir el rendimiento y la idoneidad de los monitores.
Nuestra conclusión es clara. Los jugadores principalmente de PC interesados en la alta frecuencia de refresco y en la respuesta en vez de en el número de píxeles, que luego se aficionan a ciertos juegos de consola como entretenimiento colateral, disponen de un excelente tándem con un monitor para juegos de 1080p a 165 Hz y una Xbox Series S. Vamos a explicarlo mejor.
La Xbox Series S es una especie de Switch de Microsoft. Especialmente por la sencilla transmisión de juegos desde la consola a dispositivos iOS y Android con el juego remoto. La Series S es supercompacta y elegante, pero tiene una potencia considerable. No cabe duda de que la Xbox Series X es al menos tres veces más potente, y en el procesamiento de gráficos en bruto incluso la Xbox One X de la generación anterior era un 33 % más potente que la Series S, pero esa no es la cuestión, ya que la Series S es bastante asequible y hace gala de un maravilloso diseño industrial. Además, es perfectamente capaz de ofrecer 1080p y 1440p a 120 Hz, lo cual no está nada mal.
Así pues, repetimos, para cualquier jugador de PC que busque juegos competitivos, alta frecuencia de refresco y baja latencia, la Series S es el compañero ideal cuando le apetezca algo diferente. Un buen monitor para juegos de 165 Hz con MPRT de 1 ms funcionará a la perfección con la Series S a través de HDMI. La consola no tendrá problemas para funcionar en 1080p a 120 Hz nativos. Además, se habla de velocidades de fotogramas desbloqueadas para los títulos de la Series S a medida que los desarrolladores se familiaricen con la plataforma. Los 120 Hz no tienen por qué poner freno a las velocidades de fotogramas en la Series S. Un cálculo rápido nos indica que la Series S, con los 4 TFLOPS de potencia de su GPU y sus 8 GB de memoria lista para juegos puede fácilmente ir más allá de los 120 Hz y llegar a los 144 Hz, o quizás incluso a los 165 Hz, al menos en títulos no demasiado exigentes. No hay motivo alguno para que algo como Rainbow Six Siege no pueda funcionar a 165 Hz en la Series S, ya que PC mucho menos capaces lo adentran en territorios más allá de los 200 fps.
Es una máquina 4K a 60 Hz de la cabeza a los pies. Impresionante, sin duda, pero no está orientada a las altas frecuencias de refresco. Algunos títulos ofrecen 120 Hz, pero en resoluciones menores y con ajustes reducidos. La Series X también es una máquina asombrosa, pero no es una buena opción para entornos de escritorio. Para el televisor 4K o el proyector de juegos del salón, sin duda sí lo es. La Xbox Series X presenta sus juegos con una fórmula muy estable: 4K a 60 Hz en configuraciones altas o ultra. Es casi indistinguible de las versiones de juegos para PC, aparte del hecho de que el PC ofrezca fotogramas desbloqueados, si tenemos una GPU lo suficientemente potente. Nos parece poco probable que la Series X vaya a superar los 120 Hz, dado que eso implicaría ir a resoluciones más bajas. Obviamente, con 12 TFLOPS de potencia de GPU, la Series X podría llegar sin esfuerzo a los 165 Hz o más en 1080p y 1440p, pero no es algo en lo que Microsoft parezca interesado.
La conclusión es que, si preferimos una alta frecuencia de refresco en 1080p a 60 Hz en 4K, la Series S es nuestra consola. Tanto la Series X como la PS5 son dispositivos con configuración ultra 4K a 60 Hz con HDR y no priorizan ir más allá de los 60 Hz, ya que la directriz principal para ambas es evitar sacrificar la resolución y la calidad visual. La Series S está libre de esas restricciones y no tiene problemas para funcionar en 900p a 165 Hz si los desarrolladores lo permiten.
The Ascent demuestra que lo que dijimos anteriormente se confirma en el mundo real. Jugamos con él en Steam, Xbox Series X y Xbox Series S. En Steam (PC) y Series X se ve genial en maravillosas configuraciones ultra 4K, aunque en PC logramos fácilmente 120 Hz con una RTX 3090, mientras que la Series X está bloqueada a 60 Hz. En la Series X, la resolución parece variar entre 1440p y 2160p, pero generalmente permanece muy cerca del 4K total.
En la Series S, The Ascent parece funcionar en un rango de resolución dinámica de 900p a 1440p, aunque bloqueado a 60 Hz. Creemos que, en general, 1080p es la resolución principal con la que se ejecuta el juego en la Series S a 60 Hz. Con suerte, futuras actualizaciones podrían aumentar este valor hasta los 120 Hz. En cualquier caso, The Ascent se ve estupendamente en un monitor para juegos de 25 o 27 pulgadas a 165 Hz con un panel IPS que permite mostrar su colorido en todo su esplendor. Si bien la Series S plasma los juegos de una forma que puede ser un tanto difusa en pantallas y proyecciones grandes, en un monitor para juegos de tamaño normal se ve perfecta.
No olvidemos que la Series S conserva la mayoría de los aspectos prémium de su hermana mayor, la Series X. En el caso de los monitores para juegos de PC, el más importante es VESA Adaptive Sync o, simplemente, la frecuencia de refresco variable. Por lo tanto, la Series S es compatible con cualquier monitor para juegos con FreeSync. Así pues, incluso aunque tengamos un monitor con panel nativo de 165 Hz y la Series S ejecute los juegos a 60 Hz, estaremos cubiertos por la gama FreeSync y no veremos ningún desgarramiento de imagen.
Mientras probábamos la Series S se nos vino a la cabeza cuando jugábamos al DOOM 2016 y al Skyrim en Nintendo Switch. Se te queda esa sensación de asombro de jugar a lo que sabes que son juegos impresionantes en sistemas que, por su simple apariencia, parecen ser más bien modestos en cuanto a la capacidad de su hardware. Sospechamos que esa misma sensación reconfortante nos acompañará al jugar en el inminente Steam Deck. Cuando el hardware supera las expectativas, resulta muy gratificante para los jugadores, y la Xbox Series S es sin duda una grata sorpresa.
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