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En el mundo de los proyectores portátiles y de bolsillo, es de suma importancia la capacidad del proyector para producir imágenes claramente visibles en entornos que pueden variar fácilmente de una habitación oscura a un exterior con mucha luz. Por ello, una de las especificaciones clave en la que se fijan los compradores al investigar este tipo de proyectores es el brillo. No obstante, hasta el consumidor más versado puede encontrarse ante el problema de que este dato varíe enormemente entre diferentes modelos, ya que las distintas marcas utilizan diversas formas de medir el brillo de sus proyectores.
Una situación en la que muy fácilmente podría verse el comprador es que el proyector A anuncie un brillo de 1000 lúmenes ANSI, mientras que el proyector B, de precio comparable, indique un valor de brillo de LED de 2400 lúmenes. ¿Debería fiarse de ese valor del proyector B, tan drásticamente superior al de los demás? ¿En qué se diferencian las distintas unidades de medida de lúmenes (como la de LED y ANSI utilizadas en nuestro ejemplo)? ¿Cómo compararlas? ¿Existe determinada unidad de medida que sea preferible usar? Este artículo dará respuesta a todas estas preguntas, para que podamos comprender mejor cómo anuncian sus niveles de brillo los diferentes proyectores y, por lo tanto, adoptemos nuestra decisión mejor informados.
En el mercado de los proyectores, las medidas más utilizadas para esta característica son el brillo ANSI, el de fuente de luz y el de LED. Aunque todos estos métodos arrojan un dato en lúmenes, la unidad de brillo estándar en el campo de la óptica, difieren intrínsecamente en lo que miden realmente.
El brillo ANSI indica el valor de la luz de un proyector tal como lo define el American National Standards Institute (ANSI). Por lo general, se mide tomando varias lecturas de brillo (en lúmenes) en diversos puntos de la pantalla blanca de un proyector a una distancia determinada y se calcula la media para determinar el valor final.
El brillo de fuente de luz, como su propio nombre indica, se refiere al brillo que se mide en la fuente de luz de un proyector que, según su tipo, puede ser de lámpara, LED o láser. El brillo de fuente de luz se diferencia del brillo ANSI en que este último mide el brillo de la luz proyectada (es decir, la luz que ha atravesado el proceso de imagen del proyector), mientras que el brillo de fuente de luz se mide directamente en la propia fuente, antes de que los otros componentes del proyector la hayan convertido en una imagen.
El brillo de LED es una medida empleada por algunos fabricantes de proyectores LED y se basa en lo que se conoce como efecto Helmholtz-Kohlrausch (HK). El efecto HK hace referencia al fenómeno por el cual el ojo humano aprecia los colores muy saturados como más brillantes que lo que objetivamente son. Teniendo en cuenta el efecto HK, el valor del brillo de LED intenta cuantificar, en lúmenes reales, el brillo adicional derivado del mejor rendimiento del color de las luces LED.
El efecto HK es el fenómeno, observado principalmente con luces de colores, por el cual el ojo humano aprecia los que están muy saturados (o son “más puros”) como más brillantes que los menos saturados o incluso que la luz blanca con la misma luminancia. En consecuencia, los proyectores que presenten colores más puros producirán imágenes más brillantes según la percepción del espectador.
En vista de la inconsistencia con que se utilizan estos valores de brillo en la publicidad de los productos, ¿cómo podemos relacionarlos entre sí para lograr que cobren sentido? ¿Se puede comparar directamente un valor con otro? Para abrir este debate, primero debemos afirmar que el brillo ANSI es, con diferencia, el valor de brillo más consistente y fiable que puede utilizarse, ya que se trata de una medida estandarizada acordada por una organización reconocida internacionalmente. A partir de ese punto, cabe analizar los otros tipos de medidas en relación con el brillo ANSI para conocer cómo se calculan y comprenderlas mejor.
Algunas marcas son muy conscientes de que, para algunos compradores, la búsqueda del proyector más brillante a menudo se reduce a ver una cifra mayor en las especificaciones de brillo del equipo. Para atraer a este tipo de consumidores, esas marcas anuncian deliberadamente un valor de brillo alto sin distinguir a qué tipo se refieren (ANSI, fuente de luz o LED). Esto puede conducir al público a hacerse una idea exagerada de las capacidades del proyector y, a su vez, motivarles a adoptar una decisión equivocada. En tales situaciones, nuestra recomendación para el consumidor es que se asegure siempre de cuál es el tipo de unidad de brillo que toman como referencia para comprar un proyector determinado, además de que se ciñan a marcas conocidas con una reputación establecida.
Dicho sin rodeos, los valores de brillo de fuente de luz son siempre mayores que los de brillo ANSI. Esto se debe a que, por definición, sus cálculos no tienen en cuenta la pérdida de brillo que se produce dentro del proyector debido al proceso de creación de las imágenes. Por lo tanto, sus cifras están libres de las disminuciones que el funcionamiento interno del proyector tiene sobre su valor de brillo (por ejemplo, la caída porcentual causada por la rueda de colores). Debido a ello, el brillo de fuente de luz de un proyector puede ser notablemente mayor que el valor de su brillo ANSI.
Brillo ANSI = (L1+L2+L3+L4+L5+L6+L7+L8+L9)/9 (lux) x A (m^2)
A (área) = W * H (m^2)
* Nota: L10, L11, L12, L13 se encuentran al 10 % de la distancia entre la esquina y L5.
Se especifica en ANSI IT7.228-1997.
En una comparación de cifras sin más, el valor de brillo de LED de un proyector también es siempre superior al de su brillo ANSI. Esto se debe a que, como ya hemos dicho, la medición de brillo de LED persigue incorporar el brillo adicional resultante del efecto HK.
Según varios estudios, el efecto HK puede conducir a un aumento de 1,3 a 2,4 veces sobre el dato medido de brillo ANSI de un proyector. Esto significa que, dependiendo de cómo evalúen la influencia del efecto HK, una marca puede calcular el brillo de LED de su proyector simplemente multiplicando su brillo medido según ANSI por un factor de 1,3 a 2,4.
Desde el punto de vista de las marcas que intentan comercializar su proyector, todo esto hace que usar el brillo de fuente de luz o el de LED en su publicidad resulte mucho más atractivo, ya que garantiza un valor mucho más alto que su correspondiente ANSI. Pero, ¿deben los consumidores confiar en tales prácticas?
En lo que se refiere al brillo de fuente de luz, el riesgo reside en el hecho de que la cifrada inflada no comunique con precisión el brillo de la imagen final proyectada (que, al fin y al cabo, es la razón de usar un proyector) y no tenga en cuenta la eficiencia del proyector en sí. Dependiendo de la ingeniería del proyector, la imagen que produce podría ser drásticamente más oscura de lo que el brillo de fuente de luz puede hacernos creer.
El riesgo de confiar en los datos de brillo de LED es que, incluso en los estudios mencionados anteriormente, la cuantificación del efecto HK es una práctica muy subjetiva. Optar por multiplicar el valor de brillo ANSI por 2,4 en lugar de 1,3 para obtener el brillo de LED puede ser completamente arbitrario y no necesariamente exacto.
Al final, la medida de brillo que siempre deben buscar los consumidores para decidir qué proyector comprar es el brillo ANSI. Esto se debe a que, aparte de ser un estándar reconocido internacionalmente, es la medición más clara y no presenta ninguno de los riesgos mencionados anteriormente.