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Todos hemos pasado por esto. Acabamos de recibir un estupendo monitor o proyector nuevo con mucha más resolución que el anterior y nos entusiasma la idea de aprovecharlo al máximo. En nuestro caso, una pantalla 4K con HDR que queremos poner a prueba con los nuevos contenidos. Tenemos una cuenta de Netflix y sabemos que esa empresa ha invertido literalmente miles de millones en nuevas y emocionantes series y películas exclusivas producidas en Ultra HD 4K nativo con HDR. Nuestro nuevo monitor o proyector sería el lienzo perfecto para disfrutarlas.
No obstante, cuando empezamos a verlas nos damos cuenta de que algo no va bien o, al menos, no tan bien como esperábamos. Nos ronda permanentemente la sospecha de que Netflix solo nos ofrece 1080p, o incluso menos, y, desde luego, no HDR. Nos parece que estamos desperdiciando nuestro nuevo monitor o proyector. No hay de qué preocuparse: es bastante fácil dar los pasos necesarios para asegurarnos de obtener la mayor calidad de transmisión posible. Repasaremos ahora los puntos principales.
Sí, parece una tontería, pero hay que comprobarlo: mucha gente se suscribe al plan básico o estándar de Netflix y luego se pregunta por qué no recibe 4K. Hay que tener en cuenta que SOLO el plan premium es compatible con Ultra HD. Las otras opciones solo llegan hasta 1080p, por lo que no veremos 4K. Para conseguir 3840 x 2160, hay que suscribirse al plan premium de Netflix; el más caro.
En cuanto a la visualización, Netflix requiere una frecuencia mínima de refresco de 60 Hz para poder proporcionar contenidos en 4K. Si nuestro monitor o pantalla de cualquier tipo funciona por alguna razón a 30 Hz, no podremos acceder al 4K. Eso no debería preocuparnos mucho, ya que hoy en día casi todas las pantallas dan 60 fotogramas por segundo o más.
Aunque Netflix y otros servicios de streaming se vuelcan cada vez más con el 4K, en volumen general quedan muchos contenidos en 1080p o menos, lo cual es más habitual en los que no son exclusivos de la plataforma. Aunque puede que los títulos pertenecientes directamente a Netflix se vean en un glorioso 4K HDR, los que se emiten bajo licencia de terceros están con mayor frecuencia en 1080p SDR normal. Así pues, si lo primero que vemos no es en 4K, no hay que dejarse llevar por el pánico: es posible que simplemente estemos viendo algo que no se pretendía que fuera 4K.
Lo más probable es que estemos bien cubiertos en ese aspecto. No obstante, solo por aclararlo, nuestra conexión a Internet debe tener al menos 25 Mbps disponibles para Netflix en todo momento si queremos disfrutar del streaming en 4K HDR. Eso brinda al servicio el margen suficiente para gestionar grandes paquetes de datos. Así pues, si tenemos una conexión de 200 Mbps pero estamos descargando archivos grandes y, al mismo tiempo, jugando por Internet mientras tratamos de ver Netflix, puede que esos 25 Mbps no estén disponibles en todo momento. Si queremos sentarnos a disfrutar de contenidos 4K, nuestra recomendación es no sobrecargar la conexión a Internet a no ser que contemos al menos con 500 Mbps.
En relación con esto, también cabe recordar que Netflix y todas las demás plataformas de streaming funcionan totalmente a través de la nube. Dependen de la disponibilidad del servidor y tienen ocasionales períodos de embotellamiento o sobrecarga, especialmente en días festivos importantes. Si la red troncal de Netflix tiene problemas de conectividad, podría bajar hasta 288p incluso en la mejor pantalla y con la conexión más rápida. Solo queda ser pacientes: pasará.
Además, la calidad de transmisión puede diferir según las fuentes. Si nuestra pantalla está conectada a un PC y a una videoconsola y ambas tienen instalada la aplicación de Netflix, tenemos que comprobar cuál nos ofrece mayor calidad. No intentemos transmitir Netflix directamente desde Chrome o desde otro navegador que no sea Microsoft Edge. Este último es compatible con la reproducción UHD 4K de Netflix, pero sin duda la mejor manera de disfrutarlo es con una aplicación dedicada.
Esto se hace enseguida; no hay mucho que decir. Basta con que nos aseguremos de que, en la configuración de la aplicación Netflix, el uso de datos por pantalla (la calidad de streaming) esté en Alto o Automático. Si, por alguna razón, estuviera configurado de cualquier otra forma, la aplicación trataría de reducir el ancho de banda y no mostraría 4K. Por defecto, estará en Automático, pero sería mejor ponerlo en Alto. Esta comprobación lleva solo un par de segundos, así que no olvidemos hacerlo.
El factor más técnico en el que hay que pensar es el de los tipos de conexión. Suponiendo que tengamos Netflix transmitiendo desde un dispositivo externo conectado a nuestra pantalla, cualquier conexión que usemos debe ser compatible con HDMI 2.0 y HDCP 2.2 para poder disfrutar por completo del 4K HDR. Si usamos DisplayPort, deberíamos tener la versión 1.3 o posterior; lo ideal sería la 1.4.
Lo tocante a HDCP es más complicado. La protección de contenido digital de elevado ancho de banda, por llamarlo por su nombre completo, se asegura de que lo que veamos o recibamos por streaming no se haya copiado ilegalmente. Sin que la compatibilidad con HDCP 2.2 se haga extensiva a la fuente, la conexión y la pantalla de recepción, no disfrutaremos del 4K. Si nuestra pantalla solo es compatible con HDCP 1.4, entonces nos veremos limitados a 1080p. Nuestra recomendación es verificar la compatibilidad con HDCP 2.2 de todos y cada uno de los puntos de nuestra configuración para visualizar contenidos de entretenimiento.
Hemos publicado un artículo más detallado sobre HDCP 2.2 en el que se puede obtener más información al respecto.
Dado que los contenidos de Netflix nos llegan desde servidores remotos y necesitan atravesar toda una red de conexión para llegar hasta nosotros, forzosamente han de comprimirse. Luego, los contenidos se descomprimen cuando hacemos clic para reproducirlos. Sin embargo, lo cierto es que el 4K de streaming no puede verse actualmente tan bien como el 4K de Blu-ray o las demostraciones con fuentes USB que vemos en los departamentos de imagen de las tiendas. Esos contenidos 4K son mucho más “locales” que Netflix y sufren mucha menor compresión y procesamiento, por lo que siempre se verán algo mejor. ¡Tengamos unas expectativas realistas!
Puede que este artículo dé la impresión de que conseguir que Netflix funcione en 4K con HDR requiere todo un ritual, pero eso se debe exclusivamente a que hemos tratado de abordar el mayor número de problemas posible. Si la transmisión 4K es algo que valoramos, lo más probable es que estemos listos para ella, pero es mejor prepararse por si acaso. BenQ tiene muchos monitores y proyectores 4K, todos ellos preparados para mostrar la mejor versión de Netflix, así que tal vez sea buena idea echarles un vistazo.