Monitores
Proyectores
Lámparas
Pantalla táctil interactiva | Signage
Desarrollado por Tango Gameworks y publicado por Bethesda, Ghostwire: Tokyo tardó varios años en avanzar desde su primera aparición hasta su lanzamiento, y fue todo un misterio hasta ese momento. Sabíamos que estaría ambientado en Shibuya e incluiría acción sobrenatural en primera persona, pero poco más. En realidad, en nuestra humilde opinión, es uno de los juegos más gratamente sorprendentes de los últimos años.
Lo mejor de todo, para los fanes de los gráficos en PC y, en menor medida, en PS5, Ghostwire: Tokyo ofrece posiblemente el mejor trazado de rayos que se haya visto, aparte de las demostraciones de esta tecnología. Si queremos disfrutar de una buena narración, un mundo de juego fascinante y destreza técnica, entonces tenemos que hacernos con Ghostwire: Tokyo.
Se supone que Ghostwire: Tokyo es el primero de una serie de juegos, de ahí el añadido “: Tokyo”, ya que presumiblemente habrá futuros títulos ambientados en otras ciudades. Cierto es que este juego no es de mundo abierto, aunque sí tiene un diseño de área abierta y el mapa es bastante grande. Obviamente, Ghostwire: Tokyo posee elementos de terror sobrenatural y el jugador debe asumir el papel del estudiante universitario Akito. Nuestro héroe se encuentra solo en un Shibuya (una de las zonas más famosas de Tokio) perpetuamente nocturno. Todo el mundo se ha ido, excepto Akito, su compañero KK y un montón de fantasmas extraños y hostiles. No obstante, no todos son malos: hay muchos espíritus NPC amistosos que nos brindan interesantes misiones secundarias, útiles tengu con los que puedes tratar y, por supuesto, gatos parlantes dedicados al comercio. Al fin y al cabo, es un juego japonés y de uno de los creadores de los oscuros y extraños títulos The Evil Within, el último de los cuales también tenía un gato muy destacado.
La verdadera estrella del espectáculo es Shibuya. Aunque no se corresponde exactamente con el mapa de ese distrito en el mundo real, el juego sí aporta una imagen amplia y muy convincente de él. Hay numerosas ubicaciones y elementos que brindan información sobre la cultura japonesa, con especial hincapié en la comida, porque Akito necesita comer para conservar las fuerzas mientras KK y él tratan de averiguar por qué se han ido todos y cómo encontrar a la hermana de Akito.
Hay puertas torii que purificar, santuarios que visitar y gran cantidad de variedades de combate. Aunque su mundo abierto no es tan enorme como el de Elden Ring o Assassin's Creed Valhalla, el entorno de Ghostwire: Tokyo incluye muchas texturas y contenidos. También nos depara una gran atención al detalle. Por ejemplo, los coches de fabricantes estadounidenses, como Ford y GMC, tienen el volante a la izquierda, mientras que los demás (supuestamente, japoneses) lo tienen a la derecha.
El constante tira y afloja de Akito y KK no tiene precio. Además, depende mucho de la situación, es decir, de las acciones del jugador y de los lugares que elija visitar en determinado orden. El elenco de apoyo de espíritus, gatos, perros y villanos también es soberbio. El antagonista principal es un hombre misterioso con una máscara hannya. Es el mismo tipo de la imagen de portada del juego y al comenzar la historia no se sabe mucho de él. En cualquier caso, también cuenta con apariciones estelares y es un villano realmente memorable. Esto no es sorprendente, habida cuenta de que Tango Gameworks ya ha demostrado su capacidad para crear malos divertidos en The Evil Within 1 y 2.
Ahora llegamos a la parte más interesante. Ghostwire: Tokyo no solo es sólido en lo que se refiere a jugabilidad e historia, sino que también es una especie de exhibición técnica. Aunque los personajes, objetos y texturas no sean los más detallados del mundo y el paisaje no sea demasiado diverso, el juego en sí tiene una iluminación increíble. Shibuya de noche y bajo la lluvia pide a gritos una buena iluminación y Ghostwire: Tokyo se la da.
Lo mismo puede decirse del trazado de rayos. Aunque los juegos con escenarios brillantes no necesitan realmente del trazado de rayos, uno ambientado en una ciudad oscura y empapada por la lluvia llena de rótulos de neón es, sin duda, campo abonado para esta tecnología. Ghostwire: Tokyo no defrauda. Hasta nos atrevemos a afirmar que es la mejor aplicación del trazado de rayos realizada hasta la fecha. La forma en que se reflejan las cosas en los interminables charcos y en diversas superficies es, sencillamente, impresionante. A pesar de tener tanto trazado de rayos, el juego funciona muy bien en PC gracias al excelente uso que hace de NVIDIA DLSS, que es la opción que nosotros elegimos. No obstante, también se puede optar por AMD FSR o Epic Unreal Engine TSR para ayudar a aumentar la resolución y así liberar recursos de la GPU para todo ese esplendoroso trazado de rayos.
En PS5, Ghostwire: Tokyo sigue viéndose muy bien pero, por supuesto, no tan bien como en un PC potente. El efecto del trazado de rayos queda algo amortiguado, aunque no por ello deja de ser impresionante. Recomendamos jugar a este título en PC, si es posible.
Ghostwire: Tokyo merece jugarse en 4K con al menos 60 Hz, lo cual es bastante factible. El BenQ EX3210U es el mejor monitor para ello, especialmente porque puede alcanzar ese apreciado HDR de 600 nits. No obstante, una opción aún mejor puede ser conectar el PC al proyector para juegos BenQ X3000i, que ofrece un brillo increíble de 3000 lúmenes y 4K a 60 Hz, con un retraso de entrada total de solo 16 ms. El X3000i también ofrece una amplia gama de colores, con cobertura del 100 % de DCI-P3 y, además, se puede disfrutar del juego en una pantalla de hasta 150 pulgadas. Eso es algo que en un televisor no se puede hacer.